Esta nueva ley supone un compromiso tácito de destinar el 0’7% de la RNB a Ayuda al Desarrollo para el 2030.
El 9 de febrero del 2023 fue un día histórico para la cooperación española. Tras s más de 20 años sin ninguna reforma significativa, el Congreso ha aprobado la nueva Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global. Entre otras cosas, esta nueva ley supone por fin un compromiso tácito para destinar el 0’7% de la Renta Nacional Bruta (RNB) a Ayuda para el Desarrollo (AOD) para el 2030.
La nueva ley, que ha sido avalada por una amplia mayoría de diputados, sustituye a la Ley de Cooperación Internacional de 1998 y supone una profunda enmienda al sistema de cooperación español. La reforma llega en un momento clave para el escenario internacional, donde se hace evidente actuar de manera conjunta frente a grandes retos como la crisis climática o alimentaria y donde los enfoques feminista, ecologista y de derechos humanos son más urgentes que nunca.
Los principales avances
- Se compromete con el incremento progresivo de la ayuda oficial al desarrollo hasta llegar al 0,7% en el 2030.
- Se incluye la promoción de la coherencia de políticas públicas, promoviendo que todas las medidas globales, nacionales y locales sean coherentes con los principios del desarrollo sostenible.
- Incluye los enfoques ecologista y feminista.
- Reconoce la importancia de la educación para la ciudadanía global y la transformación social.
- Fortalece a la cooperación descentralizada, es decir, a la cooperación que se hace desde las regiones y municipios.
- Plantea la integración de la cooperación financiera en el conjunto del sistema de cooperación y alinea sus objetivos, estándares y formas de operar.
- Reconoce a la sociedad civil como agente fundamental y normaliza su contribución en espacios de consulta, decisión y ejecución, lo que incluye la participación de las ONGD.
- Facilita la burocracia de los procesos de subvenciones.
- Reconoce las particularidades de la acción humanitaria, flexibiliza la territorialización y compromete al menos un 10% del presupuesto para ello.
- Muestra una especial atención y sensibilidad por la infancia y la adolescencia como sujetos de transformación.
- Se compromete con una reforma en profundidad de la AECID, colocándola en el centro del sistema de cooperación y fortaleciendo sus capacidades.
- Refuerza las herramientas de seguimiento y control de la política pública de cooperación.
- Anuncia un mayor reconocimiento de las personas cooperantes y una mejora de sus condiciones laborales, así como del voluntariado de cooperación.
Los principales retos
Durante años, España ha llevado a cabo una política de cooperación muy limitada, alejada de las principales necesidades globales y de los principios de justicia social y la equidad entre pueblos. Los años posteriores a la crisis financiera de 2008 supusieron un duro golpe a la política de cooperación, con una enorme caída presupuestaria y la paralización de instrumentos de planificación, seguimiento y evaluación.
La aprobación de esta ley debería significar el cierre definitivo de esta etapa donde la política de cooperación se ha ido empujando a los márgenes para ir colocándola cada vez más cerca del centro. Sin embargo, los retos son muy ambiciosos para un país que nunca ha alcanzado ese ansiado 0,7% y cuyos recursos en AOD siguen siendo muy limitados.
Desde la ONGD celebramos que el Congreso de los Diputados y Diputadas, así como el Senado, hayan respaldado la ley con tal amplísima mayoría. Seguiremos acompañando el proceso en la reformas que aún quedan pendientes y peleando para que la cooperación al desarrollo se convierta en una política de estado.